Estudiar Telecomunicaciones en la Politécnica de Madrid

Jaime Silvela, 2003

NOTA: 2022 … no he jubilado este artículo pese a ser tan antiguo, porque de cuando en cuando recibo correo de estudiantes que me dicen que poco ha cambiado a día de hoy respecto de lo que cuento. Qué pena.

He escrito esta página con la intención de que pueda ser útil a personas que no han decidido todavía si estudiar Telecomunicaciones en la Politécnica de Madrid. No trato de dar información concreta acerca de asignaturas concretas, ni trucos para aprobar, porque si los hay, que no lo creo, yo no los conozco.
Lo que vas a encontrar en esta página es una descripción de algunos de los problemas a los que se tiene que enfrentar un estudiante de Teleco en la UPM. Espero que te ayude a tomar una decisión. Si te quieres poner en contacto conmigo, mi dirección está al final de la página.

Así que empezaré por decir que he hecho Ingeniería Superior de Telecomunicaciones (Teleco a partir de ahora) en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicaciones (Escuela a partir de ahora) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM a partir de ahora). Puedes encontrar mis datos en este sitio web. Entré en 1993 y leí mi proyecto de fin de carrera (PFC a partir de ahora) en Febrero del 2000 (Teleco, en 1993, duraba 6 años con el plan antiguo). En la carrera me fue bastante bien. Fui a curso por año y sólo suspendí tres asignaturas, dos de las cuales recuperé en Junio. Esto, para Teleco, es haber hecho un carrerón.

Durante los seis años de carrera (ahora son cinco) lo pasé francamente mal, como todos los demás, incluyendo a los pasotas y a los que sacaban todo sobresaliente. No se salva nadie, y eso que casi todos los estudiantes de Teleco en la UPM han sido uno de los cinco mejores de su curso en el colegio. Y yo fui a curso por año, cuando otros tenían el agobio constante de asignaturas colgantes de cursos anteriores (como dicen en Teleco: Estoy haciendo cuarto factorial).

Como es conocido, en Teleco, y en las ingenierías en general, los porcentajes de suspensos son altísimos. La mayoría de la gente asume que esta escabechina se debe a que “el nivel es muy alto”. Esto es falso, pero es un mito muy extendido en España. Recuerdo, hace años, preguntar a un estudiante de ingeniería en Cáceres qué tal era su escuela. “Muy buena! Tenemos la segunda mayor tasa de suspensos, sólo detrás de la de Madrid”.

La escabechina se debe a una multitud de factores, que se pueden resumir en que los profesores no sólo no ayudan a los alumnos, sino que les complican la vida. Y el nivel no es demasiado alto. Ahora trataré de justificar estas afirmaciones.

Los profesores

La mayoría de los profesores de la UPM son pésimos: en sus clases se contradicen a sí mismos, y claramente se aburren con su asignatura. Rara vez contestan coherentemente las preguntas de los alumnos; por lo general “no entienden la pregunta” o contestan algo que no tiene nada que ver. Personalmente, tuve seis profesores (de casi setenta) que me parecieron buenos. Los demás, de mal para abajo.

Sin embargo, no lo hacen por maldad. Muchos están muy dispuestos a ayudar a los alumnos que acuden a sus tutorías, y algunos tienen verdaderas ganas de comunicar. Pero esto no cambia el hecho de que en la mayoría de los casos, no se esfuerzan suficientemente en dotar sus asignaturas de una estructura coherente y unas metas claras para los alumnos. Y sea como sea, logran suspender al 70% de sus alumnos sin aparente cargo de conciencia.

Material de preparación de asignaturas

Pero se puede sobrevivir a un profesor malo con material adecuado. Y es ahí donde los profesores empiezan a fastidiar de verdad. La mayoría proclama con orgullo poco disimulado en su primera clase, que no hay ningún libro de texto en el mercado que se ajuste a su asignatura. Dan una lista de seis o mas libros en los que se puede consultar algún tema, pero dejan claro que lo mejor es tomar apuntes en clase.

En Estados Unidos, muchos profesores que no encuentran un buen texto escriben los “apuntes de clase” que reparten a sus alumnos, y que tras ser corregidos, completados y refinados en años sucesivos, gracias en gran parte a comentarios y correcciones de los alumnos, acaban siendo publicados como libro de texto. En la UPM esto rara vez ocurre. Hay que ir a clase y apuntar al dictado, y cada alumno va acumulando errores distintos que nunca se cotejan.

En algunas asignaturas hay “apuntes” oficiales, que son cuadernos (no llegan a la categoría de libros) de hojas pegadas (duran poco tiempo) escritos por los profesores. Estos cuadernos se venden en el departamento de Publicaciones de la Escuela. Por lo mal que están escritos, por la cantidad de errores que contienen, y porque ni siquiera cubren todo el temario pese a estar escritos por el profesor que lo imparte, estos apuntes resultan frustrantes.

Una gran parte del esfuerzo de los alumnos se centra, entonces, en encontrar material de estudio adecuado. Muchos se tiran a los resúmenes de las academias, y otros se tiran valientemente a tratar de aprender de libros de texto de verdad, a menudo americanos. Pero aunque con estos libros se aprende mucho más, se llega al examen en mala posición porque los exámenes de la escuela suelen contener pocos problemas fundamentales y muchos patológicos, como circuitos irrealizables en la práctica. Los libros americanos suelen prepararte para lo contrario.

En cuanto al material de ampliación, la biblioteca de la escuela no es de mucha ayuda. A menudo ni siquiera tiene ficha de libros importantes. Otras veces tiene una sola copia “reservada para investigación” que sólo los profesores pueden sacar de la biblioteca. Todos los años construyen nuevas oficinas y aparcamientos para profesores, pero la dotación de la biblioteca sigue siendo, año tras año, una vergüenza.

Material de preparación de exámenes

Los exámenes de la escuela son bastante complicados por lo surrealistas que son a menudo sus ejercicios. Se centran más en la resolución de casos patológicos que en comprobar que el alumno es capaz de resolver los problemas principales.

Esto además dificulta encontrar ejercicios similares en libros de texto, así que otra vez los alumnos gastan mucho esfuerzo en encontrar ejercicios que les permitan preparar el examen. Por lo general se preparan con fotocopias de exámenes resueltos de años anteriores, que suelen ser casi ilegibles, desordenadas, y las resoluciones incoherentes y a veces incorrectas.

Prácticas de laboratorio

Penosas. Suelen ser del tipo: “Ponga el voltímetro aquí y mida”, “Repita cambiando tal”, “Repita cambiando cual”, “Haga un gráfico con los resultados”.

Yo sólo recuerdo un laboratorio (electrónica digital) en que el alumno tenía que diseñar algo. En los otros laboratorios, como mucho soldar algo. Y precisamente los laboratorios deberían servir para estimular el diseño y la experimentación.

Plan de estudios

Seguramente ha cambiado mucho desde que pasé por la escuela. Seguramente, también, sigue estando hecho con los pies. El nivel de las asignaturas de matemáticas va decreciendo a medida que avanza la carrera. Las asignaturas de física y de matemáticas no se coordinan entre sí. Hay luchas entre departamentos. Y para colmo, es obligatorio estudiar Sociología.

El Proyecto de Fin de Carrera

Como tenía que ser, en la escuela lo exageran. Se supone que es un trabajo original y extenso. En el resto de Europa y EEUU suele ser sencillo y concreto y de unas 60-70 paginas. Aquí es casi una tesis doctoral. Se ofenden si lo haces en menos de 120 páginas, así que casi todo el mundo lo llena de paja. Índices y bibliografías gigantes, lenguaje ampuloso, muchos diagramas lo más grandes posible.

Dicen que el PFC son unos seis meses pero mienten. Los afortunados lo hacen en un año o menos, la mayoría en uno y medio, y muchos pasan de los dos.

El nivel no es bueno

Los profesores insisten mucho en que los Telecos de la UPM son respetados internacionalmente, y que la UPM es un centro de prestigio en Europa. Falso. La UPM no es una universidad “que suene” fuera de España. Las empresas sí valoran positivamente un título de la UPM a la hora de contratar candidatos españoles, igual que valoran positivamente títulos de otras muchas universidades por todo el mundo.

Lo más relevante en cuanto a “el nivel” de la UPM es que los estudiantes que entran son por lo general inteligentes y trabajadores, y eso abre puertas y atrae a empresas.

Algunos de los ex-alumnos con los que he hablado están de acuerdo conmigo en los puntos anteriores a este pero creen que el nivel es bueno. Dicen que la escuela les “enseñó a pensar”. Siento pena de los pobrecitos, que a los 18 añitos todavía no sabían pensar. No lo creas: es muy duro admitir que lo has pasado mal durante años en una universidad mediocre.

Pero si los telecos son la hostia

Seguramente te han contado que los telecos españoles son muy buenos, mucho mejores que los americanos. En esto hay parte de verdad y parte de mentira.

La comparación es injusta: en España, los mejores estudiantes de cada promoción van hacia las ingenierías, sobre todo industriales y teleco. Cuando terminan cogen trabajo en una empresa, que a menudo es una multinacional donde hacen trabajo de nivel medio, como soporte de ordenadores UNIX, soporte de máquinas de telecomunicaciones, o funciones cercanas a las ventas. En estas empresas conocen a sus homólogos americanos, que por lo general tienen mucha menor educación. Suelen haber sido estudiantes buenillos, que han hecho una carrera de ciclo corto en una universidad normalita. Ni de lejos son comparables.

Si en vez comparamos a nuestros ingenieros de la UPM con ingenieros de las mejores escuelas de EEUU, la cosa cambia mucho. Si comparas tecnologías que han salido del MIT, Stanford etc. con tecnologías que han salido de la UPM … entonces ya lo comprendes.

¿Hay alternativas?

Sinceramente, no sé si hay mucho donde escoger en España, pero no dejes de buscar alternativas. Si puedes, haz la carrera fuera, o un postgrado.

¿Sigues queriendo estudiar teleco en la UPM?

Sea como sea, teleco en la UPM tiene en España mucho prestigio, y eso es algo bueno a la hora de encontrar trabajo. Pero cuantas menos ilusiones te hagas sobre la carrera mejor. Los idealistas quedan amargamente decepcionados en la escuela.

Si todavía estás decidido después de haber leído esta página, adelante y suerte!

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